Bast Fiber Technologies (BFTi) es una empresa de ingeniería de fibras naturales de tecnología limpia que trabaja con cáñamo, anunció el cierre de una ronda de financiación de acciones valoradas en 5,76 millones de euros.
La firma estadounidense de capital privado Merida Capital Holdings es su nuevo accionista clave en esta ronda de financiación, que también incluye una participación significativa de inversionistas existentes.
La empresa entrará ahora en su siguiente fase de crecimiento centrada en la fabricación y comercialización a gran escala de fibras naturales de líber para productos no tejidos.
Serio problema de las toallitas húmedas
Vemos noticias como: ¡Hasta 4.400 toneladas de toallitas recogen las depuradoras del área metropolitanoa de Barcelona cada año!. Pero lo que no nos damos cuenta es que estas toallitas de uso diario son otro tipo de plástico de un solo uso. Sorprendentemente, las toallitas desechables plantean múltiples amenazas: contaminan nuestro medio ambiente, dañan los sistemas de alcantarillado y terminan siendo muy costosas para los bolsillos de los ciudadanos.
La mayoría de las toallitas húmedas parecen estar hechas de algodón: son blancas, suaves y absorbentes. Sin embargo, la mayoría de ellos están hechos de poliéster y polipropileno. De hecho, casi todos son trozos de tela no tejida que se asemejan a la tela o al algodón.
Presentando múltiples amenazas
Las toallitas húmedas se descargan cada vez más en nuestros inodoros desde que el uso de toallitas personales se expandió de bebés, adulto, también a nuestros perros y gatos. El primer problema que surge de esta práctica es que todas estas toallitas de plástico se rompen en pedacitos pequeños y eventualmente terminan en los sistemas de alcantarillado locales. «La gente puede pensar que está bien verter un poco de aceite en el fregadero o tirar un par de toallitas durante el día, pero cuando hay dos millones de personas en una ciudad haciendo esto colectivamente, eso provocará una gran problema mediambiental.
Lo que está sucediendo actualmente es que cuando se tiran por nuestros inodoros, las toallitas húmedas se compactan y se unen con los lípidos. Finalmente forman una masa enredada de plásticos unidos por las grasas obstruyendo las tuberías llamada fatberg. Esta mezcla de toallitas de plástico con grasas y aceites crea una masa que no se rompe fácilmente, lo que causa un daño significativo a los sistemas de alcantarillado. Según la Unión Europea (UE) en datos de EurEau (la federación europea de asociaciones nacionales de servicios de agua) una depuradora que trabaje para una ciudad de unos 200.000 habitantes puede necesitar hasta 150.000 euros en arreglos derivados de la presencia de estos residuos.
Formación del fatbeg
Cuando los aceites y grasas están en el ambiente alcalino del alcantarillado, se combinan con todo el material que cae allí, como toallitas húmedas y pañales, y forman una masa solida que se calcifica por interacción con el calcio en el agua del alcantarillado. Se vuelve como hormigón y no se puede romper fácilmente. Los equipos que trabajan en las alcantarillas tienen que dividirlos con herramientas manuales porque las mangueras de chorro de alta presión no pueden hacerlo con facilidad.
Una estrategia de marketing común de los fabricantes de toallitas húmedas era nombrar sus productos como «desechables» o incluir en el empaque un icono de un inodoro, lo que implicaba que este artículo debía desecharse a través de nuestros inodoros. Pero desechables significa que se pueden disolver, según un informe de EurEau, la mayoría de las toallitas que terminan bloqueando los sistemas de alcantarillado provienen de toallitas que no se pueden tirar y que no fueron diseñadas para reciclarse.
Las toallitas para bebés reflejan el 75% de las toallitas que causan obstrucciones en las alcantarillas, mientras que las toallitas desmaquillantes y las toallitas higiénicas son responsables del 20% de ellas. La buena noticia es que algunos países están reemplazando lentamente el término «desechable» o el ícono de «inodoro» por un explicativo «ícono de disolubles». Sin embargo, los hábitos y el comportamiento de los consumidores se han construido durante años y se ha demostrado que son muy difíciles de cambiar.
Otra razón para no tirar las toallitas húmedas por el inodoro es la biodegradabilidad. Numerosos productos están etiquetados como «biodegradables», pero agravan también el problema, lo que significa que se rompen en pedazos más pequeños, no se descomponen por completo. La consecuencia de esto es la liberación de millones de microfibras al medio ambiente y la formación de más fatberg.
Y si esto no fuera suficiente, las toallitas húmedas tienen una consecuencia oculta, pero esta vez con sus fórmulas. Las toallitas se sumergen en soluciones empaquetadas con microplásticos. Por lo tanto, al usarlos, contaminamos el medio ambiente al usar plástico de un solo uso y al liberar millones de microfibras y microplásticos en el océano.
Las fibras del cáñamo como alternativa
Las fibras de líber (en el cáñamo, a menudo denominadas fibras «técnicas») crecen en la parte exterior de los tallos del cáñamo. Las fibras transportan nutrientes y sostienen la estructura de la planta mientras ésta crece, pero también son naturalmente absorbentes y a la vez resistentes cuando se mojan, una característica deseada en los productos no tejidos como toallitas de limpieza, pañales, almohadillas para desmaquillar y batas y mascarillas de hospital, una industria mundial estimada en 50.000 millones de dólares.
La mayoría de los productos no tejidos actuales son sintéticos o semisintéticos y, por tanto, contribuyen en gran medida a los vertederos y a la contaminación por microplásticos. En cambio, los productos no tejidos a base de fibra de líber no contienen plástico, son compostables y proceden de cultivos renovables, lo que supone una reducción neta de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Sustitución de los sintéticos
«Sólo en el segmento de un solo uso, se utilizan casi seis millones de toneladas de fibra de plástico al año y nosotros desempeñaremos un papel clave en la reducción de la tradicional dependencia de la industria de los no tejidos del material sintético».
Dijo el presidente de BFT, Jim Posa.
La cambiante legislación relativa a los residuos plásticos sigue perturbando la industria de los no tejidos, ya que muchas marcas mundiales se han comprometido a eliminar el plástico de sus productos para 2030, señaló BFTi en un comunicado de prensa. «El debate en curso sobre la clasificación o no de las fibras celulósicas artificiales como plástico también ha suscitado un gran interés por las fibras de líber», señaló la empresa.
“Mérida está haciendo movimientos estratégicos dentro del espacio de la fibra de cáñamo, y Bast Fiber Technologies fue una elección fácil a medida que continuamos aumentando nuestras inversiones dentro de esta industria… El equipo de gestión de Bast Fiber Technologies tiene un nivel inigualable de experiencia en los mercados de fibras naturales y telas no tejidas, y la línea de productos no tejidos de la empresa tiene el potencial para la adopción inmediata por parte del consumidor. No podríamos estar más emocionados de ser parte de su crecimiento continuo «.
Declaró Mina Mishrikey, socia principal de Merida Capital Holdings.
Creación de una factoría en Europa
«Con esta financiación en nuestro haber, podemos completar la construcción final de nuestro sitio de fabricación de la UE, continuar la inversión en nuestra cadena de suministro de materia prima y entrar en la comercialización a gran escala».
Dijo el CEO Noel Hall.
BFTi, con sede en Victoria, BC, ha dicho que está desarrollando un proceso de fabricación en una instalación en Hungría, con el objetivo de producir toallitas desinfectantes compostables a partir de fibra de origen europeo. Hall dijo que la compañía eventualmente tiene la intención de obtener material vegetal de líber en Canadá y Estados Unidos para producir toallitas en las instalaciones de América del Norte.
