La Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas (CND) adoptó el miércoles una recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para eliminar el cannabis y la resina de cannabis de la Lista de la Convención Única de Estupefacientes de 1961.
La histórica votación en Viena podría tener consecuencias de gran alcance para la industria mundial del cannabis, desde regulaciones legales hasta la investigación del cannabis y su uso como medicamento.
La recomendación 5.1, aprobada por 27:25 votos, es muy importante. Podría ayudar a acelerar la legalización de la marihuana medicinal en todo el mundo, ya que la CND finalmente ha reconocido que el cannabis tiene un uso médico.
Para los países donde la ley refleja el calendario de la ONU en su legislación nacional, esto podría conducir a un cambio regulatorio nacional y la eliminación de obstáculos al uso recreativo y médico del cannabis.
Los resultados de la votación podrían alentar a los países de la ONU a revaluar cómo se clasifica el cannabis en sus propias listas de medicamentos, lo que podría allanar el camino para futuras investigaciones sobre la marihuana medicinal y su uso para tratar una variedad de dolencias.
Si bien esta medida no exime por completo al cannabis de la Convención Uniforme sobre Estupefacientes de 1961, es un paso gigantesco hacia la normalización de la percepción del papel de la marihuana en la medicina en primer lugar, pero también en nuestra sociedad en general.
Las drogas enumeradas en el Anexo IV del tratado de 1961, con cannabis junto a la heroína hasta el miércoles, son un subconjunto de las que ya están en el Anexo I. La lista I incluye drogas con alto potencial de abuso y sin propiedades médicas. Las convenciones internacionales de fiscalización de drogas clasifican las drogas en términos de su utilidad médica y el posible daño que pueden causar.
La decisión tan esperada se tomó unos 60 años después de que el cannabis se incluyera por primera vez en la categoría de drogas más estricta de la Convención Única de 1961, uno de los tres tratados en los que se basa el sistema internacional de fiscalización de drogas.
Las recomendaciones de la OMS sobre marihuana se publicaron por primera vez en enero de 2019 como parte de un paquete complejo de seis propuestas relacionadas con el cannabis. Los Estados miembros tardaron casi dos años en analizar las consecuencias de aceptar o rechazar la propuesta.
